Parece que nunca es suficiente. Como que tan pronto encontramos la respuesta, nos cambian la pregunta. Hace tres días empezó mi octavo semestre de quizás una de las decisiones mas bonitas que he tomado: estudiar música. Y hoy, mientras estaba en mi primera clase del día, nos pusieron a escuchar el Preludio 1 in C Mayor de Bach y me dieron muchas ganas de llorar, no precisamente por el preludio. Lo que pasó fue que me sentí completamente privilegiada del momento que estaba viviendo, y entonces me quise ir hacia atrás: ¿cuándo empecé esto?; ¿qué me motivó?; ¿porqué escogí este lugar?; ¿qué me trajo hasta acá? Y así muchas preguntas.
Es que vamos por la vida como pasando todo de largo.Como si fuera cualquier cosa... como si el mañana estuviera muy seguro. Pero no. ¡Me preocupa cuando voy como si nada por el mundo! Es muy cierto que no es un día más, si no un día menos. Yo no sé si sólo tengamos estos cortos 100 años que supuestamente nos dan; yo no sé si te vea en otro ciclo de la vida; nadie sabe si llegamos hasta allá... Pero tengo este momento; siempre tenemos este preciso momento.
Me asusta dejar de hacer algo...
Me aterra tenerle miedo a sentir...
Me pone nerviosa callar las cosas...
Me duele no intentarlo...
Hacer lo que amas, pero más importante amar lo que haces, no habla simplemente de tu profesión, de tu trabajo o de lo que estudias (en cualquier etapa que estés). Habla de mucho más que eso, porque siempre pensamos que eso nos define y nos hace mejor o peor para la sociedad. Pero eso tan sólo es una característica de nosotros. Creo que hay mucho más que eso. Tal vez es importante pensar con qué intensión hacemos las cosas, cuál es la finalidad, qué tan sinceros somos con nosotros mismo y con los dones que nos dieron. Si tú haces lo que amas, pones la acción por encima; pero si tú amas lo que haces está primando el amor.
El mundo en el que vivo, y te hablo del mundo que tengo en mi cabeza, está gobernado por la música. Ella es mi maestra. Me ha enseñado a sentir. La música no es una canción, ni un instrumento... la verdad no podría describirte en palabras lo que es. Ella habla por sí sola. Pero algo sí te digo: se desliga del material y se convierte en algo emocional. Llámame hippie, rosa, cursi, romaticona, pero a la larga somos seres emocionales que necesitan sentir, y así me parece más bonito vivir.
Editado por: Leonardo Echeverry Ortiz